“La calidad de los
resultados educativos” y
“La función de la evaluación en la educación básica”.
Mucho se ha dicho acerca de lo que es
la calidad y sus implicaciones, así como su nivel dentro del sistema educativo
mexicano. Hablar de calidad, requiere inicialmente, entender que esta es un
proceso complejo, dinámico y relativo. El cual no se logra de la noche a la
mañana y que requiere el esfuerzo y trabajo de todos.
Uno de los mecanismos utilizados por
el estado para conocer el grado de calidad que tiene un colegio, es por medio
de las evaluaciones. Estas permiten identificar los alcances y limites que
tiene la institución educativa. Dando a conocer los resultados, mismos que
ayudan para mejorar aquellos aspectos en los que se está fallando.
Desde 1993, es la secretaria de
educación pública la encargada de evaluar al SEM, a nivel nacional como
estatal, haciéndolo de manera sistemática, permanente y pública (todos tienen
derecho a conocer los resultados). No obstante, las entidades federativas están
en su derecho en hacer evaluaciones complementarias.
La finalidad de las evaluaciones es
clara, simple y concisa. Estas buscan brindar información precisa y oportuna
sobre el desempaño del SEM, contribuyendo a la trasparencia de las acciones de
los actores educativos. Todo esto con la meta de llegar al éxito, el cual será
reflejado en el nivel de aprovechamiento de los alumnos.
He aquí, en donde recaen la necesidad
y utilidad de las diferentes evaluaciones, tanto federales como estatales. De
lo anterior, me parece interesante retomar una consecuencia que tiene el
aplicar evaluaciones al sistema educativo mexicano, independientemente que sea
educación básica. Las evaluaciones nos permiten ver y cerciorarnos de que se está proporcionando
una educación de calidad, que sigue aumentado, ya que es dinámica, y que no
permanece estancada.
Por otro lado, impulsa a la equidad,
en el sentido de que da a conocer los aspectos y sectores en los que se tiene
problemas o bajos niveles de eficiencia, y se les destina apoyos y recursos.
En base a las evaluaciones, las
autoridades pueden demostrar los resultados de su trabajo, sin embargo, en la
realidad, estos son manipulados según los intereses de cada quien.
Las evaluaciones son utilizadas como
herramientas para mostrar los resultados que ciertas personas deseen, y muchas
veces no reflejan en sí las verdaderas condiciones. Sin embargo, es posible
darnos cuenta que los niveles de aprovechamiento escolar de los estudiantes de
educación primaria en México son alarmantemente bajos. No se cumple
satisfactoriamente el aprendizaje de las habilidades intelectuales básicas,
como son: la lectura, la escritura y las matemáticas.
Además, es visible que el sistema
educativo mexicano tiene que luchar contra las diferencias que existen entre el
medio rural y el medio urbano. Es obvio que no puede haber equidad, si el
ambiente urbano recibe la mayor atención y gran cantidad de apoyos y recursos, y
las zonas rurales sigan abandonadas. Este aspecto fue observado durante
nuestras visitas a escuelas de diversos contextos sociales e incluso declarado
por algunos maestros.
Y con el paso del tiempo, y de los
gobiernos, esta situación parece aumentar, en vez de disminuir. Claro esta, que
son contextos distintos, con características propias diferentes, pero uno de
los objetivos de la educación, formulado en la ley General de Educación, es el
de tratar de mantener un nivel académico similar, a lo largo de toda la
republica, sin buscar eliminar las características propias de cada lugar.
De manera general, podemos ver que
aunque nuestro marco jurídico, contempla varias características y funciones de
la educación y del SEM, el deber ser; la realidad es distinta y se encuentra
impregnada de grandes obstáculos. Sin embargo, no hay que ser por eso
pesimistas y darnos por vencido, al contrario, la solución está en nosotros,
como ya había mencionado, solo lograremos avanzar hacia un futuro mejor si
trabajamos todos unidos con todo nuestro empeño. La tarea no es fácil, pero si
es posible, costara trabajo purificar el sistema y demás dependencias u
organismos, así como el de elevar la calidad en la educación. Pero quien dijo
que lo sería.
Acerca de las evaluaciones; sabemos
que hay distintos tipos, y que evalúan y miden diversos aspectos del ámbito
escolar, pero, no pueden hacerlo en todos, ya que no existen los mecanismos
adecuados para tal tarea. Solo el profesor es capaz de evaluar el aprendizaje y
aprovechamiento de sus alumnos de manera casi completa. Ésta es distinta a las
que realiza la federación.
La federalización fue la solución a
los problemas que traía consigo la centralización y eliminaba los obstáculos
que se la había formado con el paso del tiempo. En su momento, la
centralización fue, en conjunto con el estado benefactor, la solución a los problemas
de cobertura educativa que enfrentaba el país, después de varios años de
guerra, después de la revolución mexicana. Era la manera más adecuada para
cumplir con las promesas que se habían hecho.
A pesar de esto, en la década de los
ochenta, esta forma en la que se organizaba el sistema educativo mexicano
comenzó a ser incapaz de impulsar el desarrollo, y en vez de ser la solución,
paso a ser el peor de sus males. Era necesario un cambio drástico, una
reorganización del sistema educativo nacional, en la cual se eliminaran todos
aquellos obstáculos que degradaron la anterior forma de organización.
Además, se buscaba eliminar el gran
poderío que representa el sindicato (SNTE), y que parecía ya incontrolable. El
proceso de cambio no era fácil, pero necesario y urgente, se gastaba mucho
dinero y no había casi resultados, el maestro quedaba olvidado con un salario
muy bajo. La corrupción se había apoderado de los mecanismos que utilizaba el
SEM para impulsar la educación. En otras palabras, el desarrollo educativo en
nuestro país, se había estancado y estaba a punto de desplomarse.
A la par, a lo largo del mundo
sucedían diversos acontecimientos socioeconómicos- políticos, que nos obligaban
a dar ese cambio tan indispensable y seguir el ritmo que lleva la humanidad. Se
dio la caída del muro de Berlín, significando la derrota de una potencia con
una forma de organización socialista, y el paso a la globalización y al
neoliberalismo.
Por lo mismo, era necesaria la
modernización de todos los aspectos sociales, y no solo del SEM. La solución
fue descentralizar una forma de gobierno centralizada, proceso disfrazado bajo
el titulo ambiguo del término federalización. Distribuyendo de esta manera
funciones y obligaciones a cada una de las entidades federativas.
Durante este proceso de cambio, se dio
a lugar un fenómeno muy interesante: la participación de todos. Tanto
autoridades educativas, como sindicatos, escuelas, maestros, alumnos, y padres
de familia, aportaron su granito de ayuda; algunos a favor, otros en contra,
pero llego a ser tan trascendental en la historia del país, que a todos les
llamo la atención.
Es interesante entender como los
hechos se fueron hilando uno tras otro y de la mano para llevarnos finalmente a
este momento tan esperado, como el que fue la federalización –18 de mayo de
1992- el cual trajo consigo la reorganización y la modernización del sistema
educativo, la reformulación de los planes y programas de estudio, y la
revaloración del papel del docente.
Tuvo sus oposiciones, principalmente
por el sindicato, que comprendía que permitir que sucediera la federalización,
era perder poder y control social, económico y político. No obstante, se logro
llevar a cabo y con ella, se elaboro la ley General de Educación y se formulo
el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica.
Al final de cuentas, la federalización
logro su objetivo inicial: descentralizar el poder. Posteriormente, se
establecieron leyes, se llegaron a acuerdos, se elaboraron programas y
proyectos en beneficio del maestro y del propio alumno, todo para conseguir una
mayor calidad. Pero aquí empieza un problema. Una cosa es que se contemplen
dentro de nuestro marco jurídico, diversas circunstancias que reglamentan las
funciones y obligaciones de organismos, así como describir tales procesos; y
otra muy distinta es que se lleven a la práctica.
Claro está, que el hecho de que ya
este reglamentado es un inicio; pero si éste solo queda plasmado en un trozo de
papel y no se aplica, pierde su trascendencia y es como si no existiera. Las
leyes no pueden quedarse en el deber ser y mantenerse distante del ser, seria
absurdo, aunque se llegan a dar los casos.
Pero no hay que desanimarse, a penas
estamos comenzando un largo camino, en el cual debemos recorrer, poniendo
nuestro mayor empeño, para que produzca buenos resultados. Aun hay documentos
incompletos, en donde algunos términos se dejan ambiguos, será cuestión de
tiempo para que se realicen las debidas modificaciones de la época. Por otra
parte, también hace falta cambiar diversos aspectos que inhiben o detienen la
labor de los docentes, como todos los aspectos burocráticos administrativos a
los cuales tienen que atender. Para detrimento de la labor docente – pedagógica
que realiza con sus alumnos.
El lograr una mayor calidad en todos
los ámbitos, requiere del esfuerzo de todos, desde todos lo niveles y lugares.
A nivel federal, distribuyendo los recursos, apoyos y proyectos, a nivel
regional, dentro de la escuela, y entre cada uno de nosotros, aplicando las
disposiciones elaboradas. Todo esto para terminar en una mayor calidad, que se
refleja en parte en el aprovechamiento del alumno. Lo cual es lo que nos
interesa.
Dentro de estas obligaciones, también
entran las escuelas de educación privada, las cuales deben de tener permiso del
gobierno para laborar. Actualmente, la iniciativa privada ha cobrado fuerza y adquirido
terreno, sin embargo, ésta debe de sujetarse a los lineamientos legales que
reglamentan a la educación, en el caso de que sean universidades se les otorga
autonomía del estado.
¿Cómo se sostienen las escuelas tanto públicas
como privadas? En la distribución de los recursos y de los apoyos, existe
demasiada desigualdad, el gobierno tiende dar a los que más tienen, y siempre
se olvida de los de escasos recursos, esta situación se ha tratado de evitar
constantemente, destinando más apoyos a las regiones menos favorecidas, pero
los ingresos son minúsculos como para establecer espacios educativos dignos. Se
sigue dando la discriminación. Las zonas menos beneficiadas son el ambiente
rural e indígena.
Por otra parte, se han establecido
mecanismos que le permitan al profesor tener movilidad social, como es la
carrera magisterial y talleres que se le ofrecen con la finalidad de que tengan
mas bases para tratar a los niños y orientar su forma de trabajo. Carrera
magisterial se divide en cinco niveles y el maestro tiene el derecho a
presentar el examen para entrar en alguno de estos niveles. En caso de que sean
seleccionados, pasan al siguiente nivel, percibiendo un mejor sueldo. Esto
mantiene al maestro ocupado, estudiando y practicando con su grupo, y lo obliga
a superarse bajo un incentivo.
Pero como todo, carrera magisterial no
se ha quedado libre de la corrupción, dentro de ella hay gente que maneja los
resultados de los exámenes, en otras palabras, el presentar un examen solo es
un cuento, una pantalla, la selección de maestros depende de otros factores que
a veces no tienen nada que ver con la capacidad de los mismos. Lo cual desanima
a muchos de intentarlo, ya que saben cuales son los resultados.
Conclusión.
Solo puedo decir que, el sistema
Educativo Mexicano tiene grandes aciertos en materia educativa, aunque haya
algunos términos que no estén bien definidos. Organiza de manera propia las
funciones que les corresponde a cada una de las autoridades educativas, así
como a los gobiernos. Distribuye de manera equitativa, o por lo menos en la
teoría así esta reglamentado, los diversos recursos y apoyos para las diferentes
escuelas que se localizan a lo largo de la nación. Reformula los planes y
programas de estudio, implementa diversos programas de apoyo para las escuelas,
busca la actualización y continua preparación del profesorado, y revalora su
función, entre muchas cosas más.
Se origino mediante un proceso social
e histórico, en donde a través del tiempo la población fue participando para
constituirlo tal como es ahora. Sin embargo, lo hacen funcionar las personas
mismas, las cuales se dejan tentar por los males más antiguos de la humanidad,
corrompiendo este sistema y deteniendo su desarrollo natural en beneficio de la
población.
Es por eso que sostengo, que el
verdadero cambio está en nosotros, podremos analizar el ambiente sociopolítico-
económico, que rodea a la educación, podremos promulgar tantas leyes y acuerdos
en beneficio del progreso en la calidad, podremos dar discursos y reflexionar
seriamente la situación, y estar de acuerdo de que se necesita un cambio. Pero
de nada nos servirá, sino somos capaces de llevarlo a la práctica y, liberarnos
y entregarnos al bien común. El sistema, en esencia encierra objetivos nobles,
de progreso, de bienestar; son las personas las que deciden como usarlo.
Por lo mismo, es que considero que el
trabajo que debe de realizar un buen maestro es titánico. Me di cuenta que
durante su desempeño debe de afrontar varias situaciones difíciles, y a veces,
no cuenta con el apoyo de todos los padres, tiene que enfrentarse a diversos
obstáculos, dar más de lo que debe para beneficio de los niños, desligarse de
sus propios problemas, y muchas veces no recibir lo que merece. Sin embargo, al
final, el mayor premio que puede tener es el de haber ayudado a sus alumnos a
ser hombres de bien.
El ser maestro no es tarea fácil, hacerlo bien
requiere de trabajo duro. Debe de unir esfuerzos con padres, y muchas veces
estos no acceden a tal tarea, debe de tener paciencia, delicadeza, así como
disponibilidad para aquellos que se preocupan por el desarrollo de sus hijos.
Habrá ocasiones en que estos lo ataquen por razones quizás intrascendentes,
aquí se vera reflejado el trabajo que haya realizado con sus alumnos, padres y
compañeros, ya que si es bueno, lo defenderán.
A veces, tendrá que ir en contra de
alguien que tiene el poder de hacerle la vida imposible, no por que sea un
mártir, sino por que es su deber guiarse conforme a los valores y su sentido de
lo justo. Ya que no será capaz de quedarse callado, sin sentir que ha faltado a
su deber.
Como vemos no es nada fácil ser buen
maestro, entonces ¿por qué esforzarse tanto para serlo? La respuesta es
sencilla, es realmente gratificante saber que fuimos parte del desarrollo de un
ciudadano de bien, que formamos parte de su vida y que pudimos ayudarlo cuando
lo necesitaba. Al final, la vida de “nuestros niños” forma parte de la nuestra.
Solo por eso vale la pena esforzarse. Y por si fuera poco, ayudamos a que
nuestro país: México, sea un lugar en donde persevere la paz y la justicia.
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