Alejandro Valdés Hernández.
La Integración Educativa en el Aula Regular. Principios, Finalidades y Estrategias.
En México
existen niños y niñas con algún signo de discapacidad que asisten a escuelas
regulares sin recibir el apoyo que probablemente necesiten.
Durante mucho
tiempo se ha debatido sobre el tipo de atención educativa más convenientemente
para esta población. ¿Cuál es el trato en materia educativo que deben recibir
estos niños? ¿Deben de integrarse a las escuelas regulares o permanecer en las
escuelas especiales? En caso de que sí, ¿debe desaparecer la educación
especial? ¿Cómo puede y debe de trabajar con ellos el maestro regular?
Para empezar,
¿por qué los niños discapacitados deben de ser atendidos en las escuelas
regulares?
À
La educación especial solo
elabora un diagnostico y un programa para su curación poco apropiado para el
ámbito educativo; favorecen a la segregación y el etiquetado. Por lo mismo, un
niño atendido en el subsistema de educación especial, difícilmente se reintegra
al sistema regular.
À
Algunas premisas básicas de la
educación especial basada en el modelo médico, no se cumplen. Por otro lado,
hay muchos niños que, sin presentar alguna discapacidad tienen serios problemas
para aprender, mientras que otros, clasificados como discapacitados, aprenden
tan bien o mejor que los demás cuando reciben ciertos apoyos.
À
La clasificación niños con
discapacidad y niños sin discapacidad es poco útil y, además, injusta. Una
conceptualización más útil es la de niños con y niños sin necesidades
educativas especiales. En donde, cualquier niña o niño, en cualquier momento,
puede presentar necesidades educativas especiales y tiene el derecho de recibir
los apoyos requeridos para que su educación sea óptima.
À
La integración educativa no
implica la desaparición de la educación especial sino que, por el contrario, la
consolida. Los profesionales de educación apoyan a los maestros regulares en su
atención con alumnos con dificultades, lo cual contribuye a evitar la
segregación y el etiquetado.
À
La integración y la
normalización posibilitan el desarrollo armónico de estos alumnos.
À
Cuando los adultos dejamos de
proyectar nuestros propios miedos en los niños, generalmente ellos no tienen
problemas para convivir con compañeros que tienen necesidades educativas
especiales. De hecho, los apoyan y permiten que ellos los apoyen en la medida
de sus posibilidades.
À
La mayoría de padres y madres
de familia está de acuerdo con la integración.
À
La escuela regular es el mejor
espacio educativo y social para todos los niños, pues están sujetos a reglas
que rigen a todos los alumnos.
À
La reflexión sobre las características
de estos niños y la necesidad de utilizar estrategias adecuadas, abren un
abanico de opciones para la enseñanza que enriquece el trabajo con el resto del
grupo.
À
En nuestro país se han
desarrollado experiencias exitosas de integración educativa, cuando se
planifica adecuadamente y se proporcionan los recursos para ponerla en marcha.
À
Existe presión por parte de
distintas comunidades, asociaciones y organizaciones no gubernamentales para
impulsar la integración educativa.
Para llevar a
cabo la integración educativa se han realizado cambios legales, la educación
especial está reorientando sus servicios para ajustarlos a esta propuesta e
incluso ya es considerada en la planeación de los servicios que realiza la SEP.
Pero lo que se necesita es principalmente la participación entusiasta y
convencida de los maestros de grupo, del personal de educación especial, del
director de la escuela, del supervisor, de las autoridades educativas
superiores, de los padres de familia y de los mismos niños. Es necesario escuelas integradoras.
Pero, ¿qué
significa la integración educativa? Es nada menos que un esfuerzo para generar
las condiciones que permitan que los niños aprendan de acuerdo con sus
potencialidades. Para esto es necesario que se cumplan los aspectos vistos anteriormente
basados en los siguientes fundamentos filosóficos:
- Respeto a las diferencias.
- Derechos humanos e igualdad de oportunidades.
- Escuela para todos.
Entre los
principios generales encontramos la normalización, la integración, la
sectorización y la individualización de la enseñanza. En donde se busca,
primero, dar servicios de habilitación o rehabilitación y tiene como meta
brindar una buena calidad de vida, el disfrute de sus derechos humanos y la
oportunidad de desarrollar sus capacidades, al tener acceso al mismo tipo de
experiencias que los demás y lograr participar en todos los ámbitos. Esto
implica también que los niños sean educados y reciban los servicios de apoyo
necesarios cerca del lugar donde viven (descentralización de los sistemas
educativos). Estamos hablando de la necesidad de adaptar la enseñanza a las
necesidades y peculiaridades de cada alumno y alumna, mediante adecuaciones
curriculares.
Sin embargo, si
se busca lograr la integración de estas personas, es necesario que desaparezcan
las etiquetas y la clasificación. Actualmente el enfoque es más humanista,
utilizando términos que valoran más la condición de persona de estos individuos
que su discapacidad. No obstante, el problema está en el modo de pensar y de
sentir de los demás. De nada sirve buscar términos positivos si la sociedad no
cambia su actitud y deje de considerarlas como anormales, etiquetándolas a
diestra y siniestra.
Es importante
reconocer que todos somos diferentes y tenemos necesidades individuales
distintas a las demás personas; además las limitaciones que impone la
discapacidad no dependen únicamente del individuo, sino que se dan en función
de la relación que se establece entre la persona y su medio ambiente.
En el ámbito
educativo se ha empezado a emplear el concepto necesidades educativas
especiales para referirnos a los apoyos adicionales que algunos niños con o sin
discapacidad precisan para acceder al currículo. Por lo mismo se dice que un
alumno presente NEE cuando, en relación con sus compañeros de grupo, tiene
dificultades para desarrollar el aprendizaje de los contenidos asignados en el
currículo, requiriendo que se incorporen a su proceso educativo mayores recursos
y/o recursos diferentes para que logre los fines y objetivos educativos. Con
este término no nos referimos solamente a los niños con alguna discapacidad,
sino también a algunos niños que no presentan ninguna discapacidad.
Las necesidades
educativas especiales son relativas, por que surgen de la dinámica que se
establece entre las características personales del alumno y las respuestas que
recibe de su entorno educativo. Por esto cualquier niño puede llegar a
tenerlas. Además, pueden ser temporales o permanentes. Y son asociadas con el
ambiente social y familiar en que se desenvuelve el niño, el ambiente escolar
en que se educa, y sus condiciones individuales (discapacidad, problemas
emocionales, problemas de comunicación, otras condiciones de tipo medico).
Si se pretende
que los niños con necesidades educativas especiales tengan una vida lo más
normal posible, es necesario que asistan a una escuela regular, que convivan
con compañeros sin necesidades educativas especiales y que trabaje con el
currículo común. Por su parte, el personal de educación especial deberá
reorientarse y diseñar estrategias que permitan al niño con NEE superar sus
dificultades para aprender y beneficien el aprendizaje de todo el grupo.
En otras
palabras, la integración brinda la posibilidad de que los niños con NEE
aprendan en la misma escuela y en la misma aula que los demás niños, lo que
debe variar es el tipo de apoyos que se ofrecen a los niños, he aquí la
necesidad de ofrecerles todo el apoyo que requieran, lo cual implica realizar
adecuaciones curriculares para que las necesidades especificas de cada niño
puedan ser satisfechas. Apoyo que también será para los maestros, que consiste
en parte de la orientación del personal de educación especial, siempre que sea
necesario.
Pero, ¿qué
sucede con el maestro regular cuando ingresa un niño con necesidades educativas
especiales?
Por muy abierta
que este su mente, piensa en que va tener dificultades para enseñarle y que
quizás no vaya a aprender. Pero, debemos entender que nuestra aula es el mejor
espacio educativo en comparación con el de las escuelas segregadoras, para que
el niño pueda asimilar modelos de relación más validos; que no vamos a trabajar
más, sino de manera distinta; que no perjudicara el aprendizaje de los demás
sin NEE y que tampoco aprenderá menos el
niño con NEE, solo que lo hace de una manera distinta.
¿Y como detecto
a los niños con necesidades educativas especiales?
Por medio de un
proceso evaluativo, en donde los resultados deberán contemplar el planteamiento
sobre la situación del niño y las orientaciones del trabajo a realizar. Es todo
un proceso de observación que realizaran los especialistas en colaboración con
maestros, personal especial y padres de familia. Los resultados serán
compartidos y entregados por el especialista, de esta forma se podrán aclarar
dudas y confusiones que se generen, y proponer y diseñar conjuntamente
propuestas educativas.
No se trata de
dar un diagnostico, lo que se requiere es ofrecer una información lo más
completa y clara posible sobre la situación del niño evaluado. Las
recomendaciones que se hagan deben de incluir pautas de trabajo apegadas a las
necesidades y posibilidades del niño y a la realidad de contexto escolar.
Ahora bien,
nosotros maestros debemos de acercarnos al niño y conocerlo, y evitar siempre
etiquetarlo. Entendamos que un niño con necesidades educativas especiales no es
un niño anormal y deficiente que tiene nulas posibilidades de aprender, al
contrario son seres humanos, distintos y únicos que merecen respeto y cariño.
Cuando nosotros etiquetamos o remitimos a un niño a una escuela especial
estamos afectando su desarrollo emocional y social.
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