Síntesis Didáctica Magna.
Por Alejandro Valdés
Hernández.
Capitulo XXI.
Método de las artes.
Debe estudiarse
más en las artes que en las ciencias.
El arte requiere
previamente tres cosas: Modelo, materia, herramientas.
Exige estas
otras tres condiciones: uso legitimo, sabía dirección, ejercicio frecuente.
Lo que ha de
hacerse, debe aprenderse haciéndose. Todos experimentan en la práctica la
verdad de aquel proverbio: construyendo construimos.
Siempre ha de
haberse una forma y norma determinadas para lo que debe hacerse. El discípulo
procurara imitarla, examinándola y como siguiendo sus mismas huellas. Debe
enseñarse con ejemplos, mejor que con preceptos.
Los ejercicios
deben comenzar por los rudimentos, no por los trabajos serios.
Los alumnos
deben hacer sus ejercicios sobre materias conocidas. No se debe abrumar al discípulo
con asuntos ajenos a su edad, inteligencia y condición actual, ni obligarle a
que luche con sombras.
La imitación
debe ser al principio muy fiel; después ya podrá ser más libre. Debe cuidarse
que la forma de lo que haya de hacerse sea la mas perfecta posible, y así el
que haga la imitación con más fidelidad podrá llegar a ser considerado perfecto
en su arte. Los modelos de lo que tengamos que hacer sean reales, exactos,
sencillos y fáciles de imitar.
El intento
primero de imitación ha de ser lo más cuidadoso posible, a fin de no apartarse
en lo más mínimo del modelo. Los primeros errores vician todo lo que sigue.
Bastante camina el que nunca se aparta del camino. Y el tiempo que se gasta en
fundamentar bien los principios, no es tiempo perdido, sino un grandísimo ahorro
de él para llegar a lo que sigue con facilidad, rapidez y seguridad.
Los errores
deben ser corregidos por el maestro mismo; pero haciendo notar pasos múltiples
observaciones, que llamamos reglas y excepciones de estas reglas. Han de
acompañarse preceptos y reglas que dirijan la operación y eviten el error.
La enseñanza
completa de un arte abarca la síntesis y el análisis.
En todo arte se
construyen modelos o ejemplares completos y perfectos de cuanto pueden, suelen
y deben referirse a aquel arte; fijando a su lado las observaciones y reglas
que declaren el porqué de lo hecho y de lo que hay que hacer, dirijan los
ensayos, eviten los errores y den remedio para los cometidos. Luego sométanse
al estudio del discípulo otros ejemplos. Después hágansele examinar obras
ajenas y aplíquense las reglas y modelos antedichos.
“La práctica
hace al maestro”.
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