El uso de la lengua escrita
como práctica social.
Por necesidad.
La escritura requiere de algo más que
letras para serlo. Requiere de una razón de ser, un uso comunicativo y una
función social.
Nuestra compresión de lo que es la lengua
escrita, así como del qué hacer con ella en la escuela es incompleta, y
entonces también lo son nuestras acciones pedagógicas y nuestras expectativas
educativas.
La escritura sigue siendo en la mayoría de
los casos un objeto escolar, algo que se hace en la escuela y que sirve para
hacer lo que a uno le piden que haga allí.
La creación de sistemas gráficos no fue un
fin en sí mismo; su creación fue siempre para hacer algo: evangelizar,
recopilar leyendas, escribir cartas, llevar cuentas. El desarrollo de cualquier
escritura se sitúa siempre en un contexto histórico específico y su uso
subsecuente se vincula con procesos sociales más amplios. Es decir, la
diseminación y el arraigo de la escritura en una cultura depende de los
propósitos de su uso, los actores sociales que la utilizan y las formas de
usarla; es el resultado de quién la usa, con qué fin y cómo.
El conocimiento también se constituye ante
el uso de la escritura y participando con los demás que también la usan. Lo que
significa que la escritura en la escuela tiene que vincular al educando con los
usos reales de la lengua escrita: si los niños (y adultos) no encuentran un uso
comunicativo y una función social para ella, difícilmente la usarán en espacios
distintos al aula.
La escritura se arraiga cuando los usuarios
controlan su producción y la utilizan para comunicarse con otros con propósitos
propios. Es mediante la inserción de la lengua escrita en la interacción y de
mostrar que su uso tiene significado social, que los hablantes la reconocen
como práctica social y como parte de su vida comunicativa. Se adueñan de ella, convirtiéndola
en una opción comunicativa más.
La convivencia con otros que usan la
escritura, la observación de prácticas de lengua escrita y múltiples
oportunidades de participar en situaciones en donde ésta se emplea son
indispensables para su apropiación. La educación bilingüe y los esfuerzos de
alfabetización no pueden restringirse a las prácticas escolares, también
importa lo que sucede con la lengua escrita fuera del aula.
Conocer las prácticas de escritura fuera de
la escuela a detalle podría ayudar a fomentar la lectura y la escritura dentro
de ella.
El interés principal de los maestros fue
conocer y fomentar los usos espontáneos de la escritura y las formas de
producción escrita locales.
Habría que pensar en cómo vincular el uso
de la escritura con la vida de los alumnos, mediante usos más efímeros ligados
a la comunicación directa como son cartas, letreros, bitácoras, anotaciones y
avisos, entre otros. Sugerencias pedagógicas:
- Se permita la interacción entre los alumnos alrededor de la lectura y la escritura.
- Usos espontáneos de la lectura y la escritura.
- Uso de la lectura y la escritura para recopilar y difundir conocimientos y saberes locales y para comparar.
- Invitar a participar a otros miembros de la comunidad.
Para lograr la alfabetización. Hace falta
diseminar prácticas comunicativas, reconocer los usos locales cuando los hay, y
crear oportunidades para que se desarrollen cuando no los encontramos.
No comments:
Post a Comment