EL NIÑO CON CRISIS
DE EPILEPSIA
La epilepsia no es una
enfermedad, sino un síntoma (signo externo) de un trastorno subyacente del
sistema nervioso central. Este trastorno se manifiesta en forma intermitente a
través de las llamadas crisis epilépticas, que no son mas que descargas
eléctricas excesivas sincronizadas de las células cerebrales (neuronas).
Lamentablemente este
padecimiento algunas veces es considerado como un gran mal y por ello las
personas que padecen crisis de epilepsia son rechazadas y no se les brindad las
mismas oportunidades que las demás personas.
A los niños que padecen este padecimiento los excluyen de las escuelas
regulares y algunos casos de las escuelas de educación especial.
El docente juega un papel
muy importante en la integración de los niños con crisis de epilepsia, para
ello debemos de estar informados sobre este padecimiento y lo que podemos hacer
para brindarles a estos niños ayuda y apoyo para su desarrollo y su inclusión
en una escuela regular.
Existen tres grupos de
epilepsia estos son:
- El llamado gran mal: el niño pierde el conocimiento y cae
bruscamente al suelo, se agita en una parte de las crisis con movimientos
bruscos llamados convulsiones, respira con dificultad, puede, en ocasiones,
gritar o hacer ruido con la garganta y expulsar saliva. Esta crisis dura
algunos minutos.
- El llamado pequeño mal: solo dura algunos segundos, pero puede
repetirse cientos de veces al día. El niño se pone pálido, se queda
mirando a un punto fijo en el espacio, pestañea y, a veces, hace pequeños
movimientos con alguna parte del cuerpo, como pequeños calambres.
- Crisis psicomotoras: hay conductas raras, por ejemplo, el niño
hace movimientos de masticación, chasquea los labios o esta como confuso,
se pellizca la ropa o se frota los brazos, etc.
Algunas de las maneras en la que el maestro puede ayudar a los niños con crisis
de epilepsias son:
- Ayudarlo cuando
tiene alguna crisis del llamado gran mal, como calmar a los niños que
están junto a él, quitar los objetos que están alrededor del niño para que
no se golpee, no sujetar con fuerza al niño, no forzarle ningún objeto en
la boca, colocar la cabeza de lado para que salga con facilidad la saliva.
Cuando ya ha pasado la crisis se recomienda dejar dormir al niño en un
lugar tranquilo, si el lo desea.
- Para la buena
integración del niño en la clase, debe de hablar a los otros niños del
problema, pero transformarlo en una enseñanza mas, puede explicar que no
es contagioso y dar algunas recomendaciones para que puedan apoyar a
alguien cuando les de epilepsia, pero sobretodo no rechazar o sentir miedo
de la persona que padece crisis de epilepsia.
- Puede ayudar en
la detección de un niño con crisis del pequeño mal, ya que al realizar sus
observaciones, puede darse cuenta del comportamiento de los niños y
escribirlo, para posteriormente consultarlo con los padres, para que
acudan con algún especialista y detectar si es epilepsia o no lo es.
- Tolere a los
niños que toman algún medicamento antiepiléptico, ya que estos
medicamentos producen somnolencia o irritabilidad y el maestro debe de
estar consciente de los aspectos negativos que traen estos medicamentos.
Un niño
con epilepsia y con pocas crisis en el año (controladas con medicación) puede y
debe ir a la escuela ordinaria.
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