TEORÍA
HUMANISTA
El
Humanismo es una de las teorías que por sus principios es seguida y renombrada,
especialmente por los críticos hacia el conductismo. Ricardo E. Trelles (1999) señala que las
primeras consideraciones del humanismo se centran en lo siguiente:
1. Cada ser
humano es una criatura fabulosa.
2. El ser
humano es tanto naturaleza como formación.
3. La
humanidad es como un superorganismo del cual el sujeto forma parte.
4. La
relación y cooperación humanas son requeridas para el mejor funcionamiento y
mayor bienestar del ser humano.
Este
mismo autor cree que los educadores deben considerar cada uno de estos puntos
para lograr que la formación del ser humano sea eficiente. Además considera que
el trabajo responsable indicado al alumno, graduado al nivel del mismo, es un
gran ejercicio formativo a toda edad, puesto que permite adquirir las
capacidades de concentración, constancia y responsabilidad en el educando, esto
relacionado con el desarrollo de un punto de vista que permita apreciar las
ventajas y satisfacciones que provienen de la sociedad, la convivencia social y
las relaciones humanas en la conciencia del individuo.
Un
aspecto a considerar, dentro de esta perspectiva es la relación maestro-alumno,
al respecto, Jiménez Murillo y Hernández
Yañez (s.a), señalan que es primordial
que el maestro sienta empatía por el alumno, de tal manera que le pueda
auxiliar en todos los problemas que se le presenten en relación con el
aprendizaje, con el fin de poder auxiliar, tomando en cuenta la libertad para
que el alumno cree, innove, aplique y critique, de manera general, la relación
entre ellos deberá ser de respeto mutuo.
Meza Meza y Cantarell
Zaldívar (2000), expresan que los
profesores deben analizar su rol como docentes en el cual debe quedar muy claro
que es el facilitador o mediador del aprendizaje y que debe prestar asistencia
al estudiante cuando éste busca conocimientos, ya que su función es orientar y
promover la interacción, orientar al estudiante sobre como organizarse con
otros compañeros y cómo trabajar de manera conjunta.
De tal
manera que, la formación del docente, de acuerdo con Fernández Neri (1995),
implica la preparación académica, y una formación humana que le permita tener
interrelaciones saludables y generar un ambiente de verdadero diálogo,
intercambio, aceptación y ayuda mutua.
Asimismo,
este autor señala que la formación del docente
implica, además de la preparación académica, una formación humana que le
permita tener relaciones satisfactorias y produciendo un ambiente que implique
el diálogo, el intercambio, la aceptación y la ayuda mutua.
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