¿Qué orientaciones didácticas se pueden derivar de la lectura de
Blázquez y Batalla para el futuro trabajo de iniciación deportiva con los
alumnos de primaria?
Es
importante descubrir todo el potencial de movimiento que hay en el niño
mediante tareas acordes con su grado de evolución individual. Si el niño esta
realmente listo, su destreza motriz de vuelve auténtica actividad deportiva.
Se
deben tomar en cuenta y ajustar nuestras actividades a los intereses y
necesidades reales y propias del niño.
Trata
de aplicar un modelo de deporte que no busque el éxito por el éxito, y que este
adaptado a las necesidades, características y posibilidades reales de tus
alumnos.
Aumentar,
en las cargas elevadas, los tiempo de recuperación.
Priorizar
el desarrollo de la resistencia aeróbica en detrimento del desarrollo de la
resistencia anaeróbica.
Evitar
las situaciones donde se fuerce la respiración.
Eliminar
las cargas elevadas en el desarrollo de la fuerza, sobre todo las que incidan
sobre la columna vertebral.
Potenciar
el trabajo de flexibilidad dentro de las sesiones donde se desarrolle la
fuerza.
Tener
en cuenta la limitación en el procesamiento de la información, sobre todo en
tareas que exijan una alta coordinación de movimientos.
Utilizar
de forma prioritaria las habilidades naturales o cotidianas frente a los
ejercicios excesivamente elaborados.
Primar
la variedad frente a la estereotipación de gestos específicos.
Remarcar
el aspecto lúdico de ciertas actividades como apoyo a la motivación.
Es
preferible, por su mayor carga motivacional, el entrenamiento en grupo que el
individual.
No
conviene involucrar a los niños demasiado pronto en un proceso competitivo
intenso.
Un
aprendizaje sólo puede efectuarse cuando el niño está listo, es decir, cuando
posee y domina los prerrequisitos de ese aprendizaje y la capacidad para
reorganizarlos.
Importa
poco que el niño aprenda de forma prematura técnicas deportivas, mucho más
importante es que amplíe las múltiples posibilidades de movimiento mediante
juegos o tareas variadas.
No
se trata de introducir cualquier tipo de tarea o juego; es necesario analizar y
escoger las tareas o juegos a proponer de manera que resulten significativas,
bien por su posible transferencia inmediata a otros ámbitos, bien por su
disponibilidad de transferencia a otras tareas o juegos de mayor dificultad.
Saber
elegirlos, estimularlos y provocarlos de forma oportuna es en definitiva
empezar la iniciación deportiva. El educador debe mantener en todo momento este
criterio que le permite apelar en el instante preciso al estímulo adecuado para
posibilitar una experiencia didáctica nueva.
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