Creación de la
Secretaría de Educación Pública
De acuerdo con las ideas defendidas por Carranza acerca de
la autonomía municipal, en la Constitución de 1917 se suprimió la Secretaría de
Instrucción Pública y Bellas Artes, pues contraria a la aspiración de
democratizar la administración educativa, sólo abarcaba al Distrito Federal y
los territorios federales.
A pesar de las buenas intenciones, los municipios fueron
incapaces de afrontar la problemática educativa y ya para 1919, la educación
pública resentía gravemente la falta de una adecuada organización: tan sólo en
el Distrito Federal, quedaban abiertas 148 de las 344 escuelas existentes en
1917.
Con la llegada de Adolfo de la Huerta al poder, se iniciaron
los cambios para poner remedio a esta situación.
En primer término, se le otorgó al Departamento
Universitario la función educativa que tenía el gobierno del Distrito Federal.
Para cumplir con la democratización de la administración
educativa, y con los postulados del Artículo Tercero Constitucional, era ya
necesaria una acción a nivel nacional, pues no bastaba con sólo declarar la
educación gratuita, laica y obligatoria: se necesitaba tomar medidas para
realizarla.
El proyecto de crear una Secretaría de Educación Pública
Federal, requería de una reforma constitucional; en tanto esto ocurría, asume
la rectoría de la Universidad Nacional, el Licenciado José Vasconcelos
Calderón, quien se había revelado como uno de los más firmes partidarios de dar
a la educación carácter federal.
Como rector de la Universidad y titular del Departamento
Universitario, el Lic. Vasconcelos inició la formulación práctica del proyecto,
emprendiendo diversas medidas con el objeto de reunir a los distintos niveles
educativos; depuró las direcciones de los planteles, inició el reparto de
desayunos escolares y llevó a cabo su idea fundamental: que la nueva Secretaría
de Educación tuviese una estructura departamental.
Los tres departamentos fundamentales fueron:
El Departamento Escolar en el cual se integraron todos los
niveles educativos, desde el jardín de infancia, hasta la Universidad.
El Departamento de Bibliotecas, con el objeto de garantizar
materiales de lectura para apoyar la educación en todos los niveles, y
El Departamento de Bellas Artes para coordinar las actividades
artísticas complementarias de la educación.
Más adelante se crearon otros departamentos para combatir
problemas más específicos, tales como la educación indígena, las campañas de
alfabetización, etcétera.
Vasconcelos asumió las tareas educativas desde la
perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social; en su
discurso de toma de posesión como rector de la Universidad afirmó:
"Al decir educación me refiero a una enseñanza directa
de parte de los que saben algo, en favor de los que nada saben; me refiero a
una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva de cada mano que
trabaja, de cada cerebro que piensa [...] Trabajo útil, trabajo productivo,
acción noble y pensamiento alto, he allí nuestro propósito [...] Tomemos al
campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a centuplicar el monto de su
producción mediante el empleo de mejores útiles y de mejores métodos. Esto es
más importante que distraerlos en la conjugación de los verbos, pues la cultura
es fruto natural del desarrollo económico [...]"
Con estas ideas, se creó la Secretaría de Educación Pública
el 25 de septiembre de 1921 y cuatro días después, se publicó en el Diario
Oficial el decreto correspondiente.
El 12 de octubre del mismo año, el Lic. José Vasconcelos
Calderón asume la titularidad de la naciente Secretaría.
En sus inicios la actividad de la Secretaría de Educación
Pública se caracterizó por su amplitud e intensidad: organización de cursos,
apertura de escuelas, edición de libros y fundación de bibliotecas; medidas
éstas que, en su conjunto, fortalecieron un proyecto educativo nacionalista que
recuperaba también las mejores tradiciones de la cultura universal.
En 1921 el número de maestros de educación primaria aumentó
de 9,560, en 1919, a 25,312; es decir, se registró un aumento del 164.7 por
ciento; existían 35 escuelas preparatorias, 12 de abogados, siete de médicos
alópatas, una de médicos homeópatas, cuatro de profesores de obstetricia, una
de dentistas, seis de ingenieros, cinco de farmacéuticos, 36 de profesores
normalistas, tres de enfermeras, dos de notarios, diez de bellas artes y siete
de clérigos.
En materia de enseñanza técnica, Vasconcelos rechaza el
pragmatismo de la escuela norteamericana sustentada por Dewey, lo que no
significa rechazo al trabajo manual: éste se aprecia pero sin descuidar la
necesidad del razonamiento y del conocimiento teórico.
El Lic. Vasconcelos, todavía como titular del Departamento
Universitario, creó el primero de marzo de 1921 la Dirección General de
Educación Técnica.
Desde esta Dirección General se crearon las siguientes
instituciones: la Escuela de Ferrocarriles, Escuela de Industrias Textiles,
Escuela Nacional de Maestros Constructores, Escuela Tecnológica para Maestros,
Escuela Técnica de Artes y Oficios, Escuela Nacional de Artes Gráficas, Escuela
Técnica de Taquimecanógrafos, Escuela Hogar para Señoritas "Gabriela
Mistral".
Además de estas escuelas, existían otras 88 de tipo técnico:
mineras, industriales, comerciales y de artes y oficios, 71 de carácter oficial
y 17 particulares.
En la política educativa oficial se propuso la ampliación de
la infraestructura y extensión de la educación, así como la elevación no sólo
de la calidad, sino de la especialización.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados en el impulso
inicial de la Secretaría, la lucha electoral por la sucesión presidencial de
1924, que desembocó en la rebelión delahuertista, y, las presiones
norteamericanas plasmadas en los compromisos acordados en las conferencias de Bucareli,
limitaron el alcance nacionalista que se pretendía en el proyecto vasconcelista,
pues aunque no se abandona el proyecto original, éste se modera.
El Tratado de Bucareli fue firmado por Álvaro Obregón el 13
de agosto de 1923 con el que se llegó, esencialmente, a los siguientes
acuerdos:
Las propiedades agrícolas expropiadas a estadounidenses se
pagarían con bonos, si no eran mayores a 1755 hectáreas.
Las propiedades que rebasaran dicha extensión, el pago sería
de inmediato y al contado.
Se integraría una comisión que se encargaría de revisar las
reclamaciones pendientes a partir de 1868; las reclamaciones originadas por la
Revolución se resolverían aparte.
Con relación al petróleo, el art. 27 no era retroactivo
para los norteamericanos que habían adquiridos sus concesiones antes
de 1917, lo que les permitía seguir explotando libremente el hidrocarburo.
Las indemizaciones o reclamaciones debieron ser entregadas
durante un período de dos años y éstas debieron ser procesadas durante cinco
años a partir de la firma del tratado. Sin embargo, el Trato de Bucareli
careció de validez legal porque no estuvo sujeto a la aprobación de
los Congresos de los dos países firmantes, quedando en un "acuerdo de
caballeros", que comprometía únicamente a Obregón pero no a sus sucesores,
sin embargo, el gobierno de Obregón fue reconocido por el gobierno de Estados
Unidos. Se desconoce la cantidad de dinero pagada a estadounidenses
durante el período presidencial de Obregón.
Por su parte, el ex-presidente Adolfo de la Huerta,
quien figuraba en el gabinete obregonista como Secretario de Hacienda,
consideró que el tratado violaba la soberanía nacional y sometía a México a
"condiciones humillantes". De la Huerta acusó a Obregón de
traición a la patria, mientras que él, a su vez, fue acusado de incompetencia
en el desempeño de su cargo y se le hizo responsable de la terrible situación
de las finanzas. De la Huerta renunció a su cargo y se trasladó a Veracruz,
desde donde lanzó un manifiesto que desató la rebelión delahuertista en
diciembre de 1923.
Trujillo Herrera, Rafael (1966). Adolfo de la Huerta y
los Tratados de Bucareli. Librería de Manuel Porrúa.
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