Saturday, May 18, 2013

El ABC de la tarea docente


El ABC de la tarea docente: currículum y enseñanza.

“Cualquier diseño de la enseñanza debe tomar en cuenta una serie de cuestiones o variables.”
Silvina y Mariano Palamidessi.

Pensar que la enseñanza está sólo determinada por un programa es totalmente erróneo, ya que el programa es una serie ordenada de operaciones necesarias para llevar a cabo un proyecto, dejando de lado todas las variables que intervienen en el proceso enseñanza-aprendizaje.

La clasificación de estas variables, propuesta por los autores, es la siguiente:

*       Las metas, objetivos o expectativas de logro;
*       La selección del/de los contenido/s;
*       La organización y secuenciación del/de los contenido/s;
*       Las tareas y actividades;
*       La selección de materiales y recursos;
*       La participación de los alumnos;
*       La organización del escenario;
*       La evaluación de los aprendizajes.

En el primer caso, los objetivos deben responder a las necesidades e intereses de la sociedad. Pueden ser muy específicos o generales, puede que el maestro los escriba o no, pero son objetivos que están actuando y que se intentan alcanzar. Importante es que el docente los tenga en cuenta. Posteriormente, elegirá los contenidos a abordar considerando también las características de los niños y el tiempo (calidad o cantidad); contemplando contenidos conceptuales, procedímentales y actitudinales.

Después deberán de organizarse y secuenciarse esos contenidos, ya sea por disciplina, por actividades e intereses, o por temas y proyectos de trabajo. La integración pedagógica del conocimiento busca presentar los contenidos de la forma más adecuada para favorecer un aprendizaje significativo.

Será preciso desarrollar algunas actividades y tareas escolares, para que los contenidos sean plasmados, presentados, experimentados e internalizados por los niños. El reto aquí es convertir los contenidos en actividades que logren verdaderas experiencias de aprendizaje y que tomen en cuenta a los alumnos y a las circunstancias, y que tengan coherencia con el programa educativo.

Posteriormente, debemos tomar en cuenta los materiales y recursos que utilizaremos y que permitan la expresión y el desarrollo de habilidades cognoscitivas, prácticas y afectivas; y evitar centrar toda la práctica en los libros de texto, ampliando los horizontes y aprovechando los gustos e intereses de los niños. De está forma lograremos la participación autónoma y valiosa de ellos. Haciéndolo participe y comprometido en el proceso enseñanza-aprendizaje, innovando y proponiendo. Y finalmente, el espacio puede organizarse de diferentes maneras, dependiendo la actividad a realizar en ese momento y de las características del grupo.

               Por Alejandro Valdés Hernández.
3º “C” Licenciatura de Primaria.

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