La enseñanza del maestro.
El maestro es modelo de cómo
escribir y cómo leer dentro del ámbito escolar. Su tendencia al escribir es
basarse en algún libro, y seleccionar o modificar los textos, sobre todo para
proporcionar definiciones o resúmenes.
El maestro quien interpreta el
texto, puede integrar experiencias propias, información, ejemplos o términos
que se relacionan con el texto; puede señalar errores en el texto, según su
criterio, y apelar a elementos del medio de los alumnos.
El maestro logra dirigir la
lectura del texto y la participación de los alumnos en un esfuerzo más
congruente por lograr que comprendan el texto. Esto le da más autoridad en la
interpretación del texto, ya que él conserva la posibilidad de seleccionar,
rechazar, repetir o elaborar las respuestas que ofrecen los alumnos.
La comprensión de lectura es
fundamentalmente social en este contexto. Pero el tipo de relación que se
establece en la escuela entre docentes y alumnos imprime al proceso ciertas características. En él está en juego la doble
autoridad del maestro.
En los momentos en que no está
enseñando, el maestro sigue siendo modelo. El trabajo de los maestros implica
de hecho muchas funciones adicionales a la de enseñanza.
Los alumnos son testigos de toda
esta actividad cotidiana. Examinan, cuando pueden, el material escrito que
encuentran en el escritorio de su maestro; participan en, o por lo menos son
objeto de, muchos de estos usos escolares de la lengua escrita. Observan a los
maestros, como observan a cualquier adulto que lee o escribe y reflexionan
sobre lo que hacen. La actividad del maestro constituye así un modelo, lleno de
usos alternativos, de la práctica normal de lectura y escritura que implica el
trabajo docente.
Por Alejandro Valdés Hernández. Primaria. 3º
C.
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