Cotidiáfonos.
“Los sonidos comunican situaciones concretas o
permiten evocarlas, ordenan realizar tal o cual acción, trasmiten y provocan
sentimientos, son portadores de mensajes que entendemos, de los que somos receptores
o emisores.” Los sonidos nos rodean en todo momento y en todos los ámbitos en
los que nos desenvolvemos. Han estado presentes y hemos tenido contacto con
ellos inclusive antes de nuestro nacimiento.
Y algo que es indudable y que hemos sido capaces
de observar, es la fascinación que los sonidos ejercen en los niños. Si
observamos al niño cuando juega probaremos que con frecuencia se acompaña con
sonidos, dinamizan la acción, le dan sazón y la hacen tan real como sus
experiencias les permiten.
La totalidad “personaje-acción-situación”, “sonido-gesto-movimiento”, es portadora
de mensajes siempre comprensibles para el niño. Si de esa totalidad aislamos el
sonido a través de un proceso que atienda sus posibilidades, enriqueceremos sus
recursos de manifestación sonora con su voz, su cuerpo o con todo tipo de
materiales. El sonido siempre será entonces un lenguaje independiente pero
vinculado siempre a sus necesidades expresivas.
Cada uno de nosotros, en la práctica, con niños
pequeños hemos comprobado que las actividades con el sonido como soporte de
hechos cotidianos despiertan gran interés y entusiasmo. Ya sea si la usamos
como un elemento auxiliar a una actividad o como un elemento puro. De lo
anterior surge la búsqueda de objetos de uso cotidiano para producir sonido, los
cotidiáfonos.
“Cotidiáfonos fue el nombre elegido para
designar instrumentos sonoros realizados con objetos y materiales de uso
cotidiano, de sencilla o innecesaria factura específica, que producen sonido
mediante simples mecanismos de excitación.”
De la confección de instrumentos sencillos podemos
llevar a cabo el reciclado de materiales, contenido de ciencias naturales, ya
que encuentra en los materiales de uso cotidiano una fuente inagotable de
recursos si la búsqueda se realiza con nueva mirada y oídos atentos.
Los cotidiáfonos se pueden agrupar, de acuerdo
a Judith Akoschky, en:
Simples: no requieren factura específica, están hechos.
Dentro de este grupo encontramos bolsitas de plástico, envases, placas de
radiografía, fuentes metálicas, etc.
Compuestos: con diferente nivel de factura;
ocasionalmente se recurre al uso de herramientas.
Algunos cotidiáfonos tienen formas originales
mientras otros se asemejan a instrumentos ya existentes. Su nombre dependerá de
su sonido, y al confiar esta tarea a los niños han aparecido diferentes
criterios muy interesantes y divertidos, en donde algunas designaciones son
metáforas.
La búsqueda y confección de cotidiáfonos
significó un riquísimo aprendizaje en el campo de la experimentación con el
sonido, abriendo perspectivas nuevas para su uso y aplicación, reflejadas en:
v Efectos sonoros: para enfatizar el
sentido de una palabra, comentar un suceso, remarcar la acción dramática,
gestual o verbal, etc.
v Fondos sonoros: para reforzar el
clima de poesía, crear el marco adecuado para la narración de cuentos, etc.
El uso de los cotidiáfonos ha tenido amplio
terreno para definirse con originalidad y eficacia en el carácter, en la
intención y en el sentido que se desee imprimir al comentario sonoro. Entre
ellos encontramos:
El rebaño: al agitar la faja, el sonido se
produce por acción de los percutores internos de las campanitas y por el golpe
de las bolillas contenidas en el interior de los cascabeles. La suma de estos
sonidos impulsivos evoca el sonido de las manadas de cabras u ovejas que llevan
anudados, en sus cuellos.
Botellas: se producen bandas de ruido de
intensidad y registro variables, de acuerdo a la carga y el tamaño de los
envases; las acciones también inciden en la duración.
Ligas elásticas: al tensar adecuadamente las ligas
se obtienen sonidos de altura definida y de lindo timbre. Son afinables como
auténticos instrumentos de cuerda, aunque de duración imprevisible debido a la
excesiva elasticidad de las ligas y cuya tensión suele modificarse durante la
ejecución.
Hilos y envases: Al puntear los hilos se producen
sonidos impulsivos muy sonoros.
Tamborcitos: cotidiáfonos de muy sencilla
confección, son membranofonos de punteo, de fricción, de soplo, de percusión y
de sacudimiento. El sonido se produce mediante las acciones citadas, siendo
asombroso el resultado sonoro por su variedad y riqueza.
Para finalizar, solo me cabe destacar las
importantes posibilidades que pueden abrirnos la elaboración y utilización de
cotidiáfonos, y no solo para entretener a los niños. Es decir, gracias a ellos
podemos abordar diversos contenidos.
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